jueves, 6 de marzo de 2014

La tragedia del 6 de febrero en Ceuta. Capítulo VII: "De los perros de la playa".

Informes médicos independientes encargados por ONGs señalan la existencia de lesiones, tanto en los muertos como en los heridos, compatibles con impactos de balas de goma. De hecho en los cadáveres aparecen heridas que presumiblemente podrían tener relación directa con los fallecimientos, junto al efecto de los gases lacrimógenos. Varios de los heridos por los pelotazos de la Guardia Civil han perdido la visión o tendrán secuelas físicas para siempre. La Guardia Civil expulsó a menores, dos malienses por perfil de solicitantes de asilo, mujeres y a inmigrantes heridos.



Según el "Informe de análisis de hechos y recopilación de testimonios de la tragedia que tuvo lugar el 6 de febrero de 2014 en la zona fronteriza de Ceuta" elaborado por miembros del colectivo CA-minando Fronteras en el que se incluyen informes médicos adoptados por distintos facultativos, aproximadamente 300 personas salieron de madrugada de los distintos puntos de los bosques próximos a Ceuta llegando sobre las 6 de la mañana del 6 de febrero a la zona del Tarajal. Las fuerzas parroquíes "lograron parar a unas 100 personas en lo que los testigos llaman la última carrera" según los testimonios de los inmigrantes entrevistados unas 200 pudieron llegar al mar, y en ese momento es cuando los testimonios empiezan a citar la intervención de la Guardia Civil. Insisten los supervvivientes que "en el momento de entrar al agua constataron los disparos de la Guardia Civil".

Según el informe "dicen que al principio disparaban al aire pero cuando empezaron a llegar a la zona española la Guardia Civil emepezó a disparar a los cuerpos de las personas que se encontraban ene la gua". Uno de los supervivientes asegura en este documento pericial que será entregado al juzgado que "las primeras veces han disparado al aire, cuando se han dado cuenta de que estábamos llegando a la parte española, entonces han disparado a los cuerpos. A mí la primera bala me ha llegado a la espalda y la segunda a la mandíbula", afirma uno de estos jóvenes.

Todos los testimonios recogidos por esta organización señalan que los agentes de la Guardia Civil "tiraban sobre los flotadores y que muchas de las balas de caucho alcanzaron partes vitales de los cuerpos, sobre todo la cabeza y la cara". Insisten además en las entrevistas  que "los disparos se producían a corta distancia" de ellos y que "los Guardias Civiles apostados en el espigón utilizaban las culatas de sus armas para impedir que los inmigrantes se agarrasen a las rocas". Algunos heridos aseguran que "un agente disparó sobre sus cabezas mientras estaban tumbados en la arena". Otros aseguran que les dispararon desde la torre de control de la frontera, incluso "una vez que los cadáveres se encontraban en la playa". 

Asusta en fin comprobar la fiereza brutal del perro defendiendo (encadenado a su caseta) la entrada de la casa del amo. Habrá quien expíe el pecado aduciendo que "cumplía órdenes". ¿Os recuerda eso a algo? A nosotros nos suena, sí, evoca a sucesos pretéritos. Y son de un triste, por enésimo, retorno. Vergüenza de mí, de ti, de él, de ella, de nosotros y nosotras.


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