por Diógenes Kynikos
"Sé con el corazón, o sea: ¡siente! Déjate llevar, no
racionalices, cree en ti; simplemente, sí, sé. Sonríe, disfruta, abraza",
dijo el patrón al Señor Stajanov. Y él, reconciliado, apagó su smartphone y subió la persiana del supermercado.
Era domingo, muy de mañana. Fuera, las masas de consumidores se agolpaban ya
frente a la puerta.
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