Me contaba una amiga, que en su trabajo la comida que sobraba (comida rápida) es obligatorio tirarla a la basura y en sitios que nadie pueda acceder a recogerla. En cambio, incumpliendo las normas, ella y sus compañeros se las daban cada día a un señor que no tiene medios para acceder a comida diaria,y el señor muy agradecido no duda en ayudarlas diariamente a recoger las mesas de la terraza.Es un gesto que para los tiempos que corremos,es más generoso de lo que podemos llegar a imaginar.
¡NO AL DESPEDICIO DE COMIDA, POR UNA SOCIEDAD CON DERECHO ALIMENTICIO!
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